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Desarrollo de armamento, la nueva tarea del Ejército

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Durante la actual administración federal, a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se le han encargado nuevas tareas que van desde apoyar en labores de salud pública durante la pandemia de Covid-19, hasta construir aeropuertos. En el camino, el Ejército mexicano ha emprendido una tarea que no ha sido publicitada por el titular del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador: desarrollar armamento propio.

Son al menos cinco los proyectos de creación de armas que el Ejército tiene registros de su desarrollo con AMLO de manera oficial, algunos de los cuales iniciaron desde el 2019 —primer año de la actual administración, cuyo lema del combate a la inseguridad es “abrazos y no balazos”— y que ha mantenido activos durante la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 en el 2020 y 2021 y algunos de los cuales se prevé financiar hasta el 2023.

De acuerdo con información del Ejército, en los proyectos colaboran desde ingenieros militares hasta áreas especializadas de universidades públicas, como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad del Estado de México y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

En específico, para la ejecución de los estudios para el desarrollo del armamento, en conjunto con las instituciones de educación superior, el Ejército ha destinado más de 300 millones de pesos desde el 2019 y hasta el 2021, según los reportes trimestrales divulgados a través de la Plataforma de Transparencia, en el apartado de estudios financiados con recursos públicos.

No obstante, estas cifras difieren de los que la Sedena informó vía transparencia en donde indicó que, entre 2019 y 2021, había destinado para los proyectos 71 millones 239,019 pesos y 88 centavos.

Mientras que entre 2022 y 2023 estimaba destinar otros 19 millones 880,444 pesos.

Fusil de alto calibre
Uno de los proyectos de la Sedena que destaca es la creación del prototipo de un fusil de precisión calibre .50.

Para esta arma, según datos del Ejército hasta el año pasado, había al menos cuatro ingenieros militares adscritos al proyecto y cuatro elementos pertenecientes al servicio de Materiales de Guerra, mientras que la universidad pública que participaba en el desarrollo era la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional (UPIITA-IPN).

El objetivo del proyecto, según refiere la Secretaría de la Defensa Nacional, es “diseñar y fabricar el prototipo de un fusil de precisión calibre 0.50, como parte de la familia de armamento FX, con el fin de generar posteriormente, el desarrollo tecnológico para su fabricación en serie”.

Cabe mencionar que, este tipo de fusiles, el crimen organizado ha aumentado su uso en los últimos años mientras que, a la par, las Fuerzas Armadas han aumentado su decomiso.

De acuerdo con datos del Ejército mexicano y la Secretaría de Marina, el número de fusiles de este tipo decomisados por elementos de dichas dependencias ha ido al alza en años recientes.

Por ejemplo, de acuerdo con los datos de las dependencias, entre el 2006 y el 2008, inicio de la declarada guerra contra el narcotráfico por el gobierno de Felipe Calderón, no hubo decomisos de este tipo de fusiles.

En el 2009 se tuvo registros del decomiso por parte de la Sedena (cuatro) y la Marina (uno) de cinco de estos fusiles en los estados de Oaxaca, Baja California, Sinaloa y Guerrero.

Para el 2010 la cifra se incrementó a 17, todos decomisados por la Sedena. En el 2011 fueron 27 fusiles calibre .50; en el 2012 se decomisaron 18. En el 2013 se decomisaron nueve.

Mientras que para el 2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019 se decomisaron 24, 35, 17, 33, 34 y 68, respectivamente.

A su vez, hasta agosto del 2020, se habían decomisado 35 fusiles de dicho calibre, todos por parte del Ejército.

Estos fusiles “son sumamente letales porque, por un lado, el alcance de la arma es mucho mayor: es más de una milla (1.6 kilómetros), por un lado sí se va en contra de un ciudadano común es muy fácil hacer mucho daño.

“Pero también si se va en contra de fuerzas policiales o militares también tiene bastante más capacidad”, dijo John Lindsay-Poland, activista estadounidense en contra de la proliferación de armas.

El experto afirmó, en entrevista, que en Estados Unidos el costo de este tipo de armas ronda los 10,000 dólares.

Otra arma que desarrolla el Ejército es una ametralladora giratoria calibre 5.56 mm para vehículos terrestres AGX16, la cual se encuentra en su segunda fase de desarrollo con la cual colabora con la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

El objetivo del proyecto, de acuerdo con la Sedena, es “continuar con el desarrollo de una ametralladora rotativa, en un calibre que nos permita cubrir las necesidades antipersonal y antimaterial de operaciones urbanas, a la vez que permita al usuario ajustar la cadencia de fuego conforme a la agresión que enfrente, que incluya un sistema de tiro y control de cadencia, un sistema de alimentación de cartuchos por cinta y una mira tipo réflex, así como los planos de ingeniería y las hojas de proceso preliminares de todos los componentes”.

Para este proyecto la Sedena tenía asignados, hasta octubre pasado, al menos a dos ingenieros militares.

También la milicia mexicana se encuentra en proceso de desarrollo de una pistola semiautomática calibre .9 mm, para la cual el Ejército mexicano erogó para su desarrollo 31 millones 560,000 pesos en el 2020.

El objetivo de este proyecto, según los datos de la Sedena, es “diseñar y desarrollar con tecnología propia un prototipo de pistola semiautomática calibre .9 mm, con el fin de diversificar la gama de armamento que produce la Dirección General de Industria Militar en beneficio del personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos”.

Para este proyecto, el Ejército colaboró con la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional, mientras que había tres ingenieros de la Sedena asignados al proyecto, hasta octubre pasado.

Además de las armas descritas, la Sedena se encuentra en desarrollo de una pistola ametralladora y de una ametralladora ligera. Para estos proyectos, en su conjunto, la Sedena tenía asignados al menos tres ingenieros militares en su desarrollo.

También la milicia se encuentra en el desarrollo de un fusil y su munición no letal calibre .40 mm que se utilizaría en el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, para este desarrollo estaba asignado un ingeniero militar.

Para estas últimas tres armas el Ejército no había reportado erogación de recursos públicos para estudios en conjunto con otras instituciones de educación superior hasta el primer semestre de este año, no obstante, tiene registros del inicio de su desarrollo.

Prototipos de cohetes y lanzagranadas
Otro de los proyectos que destaca es la creación de un cohete calibre .70 mm para tiro aire-tierra y su lanzador de siete bocas, el cual se instalaría en helicópteros.

Para el 2019, el Ejército gastó unos 800,000 pesos en estudios para crear dicha arma y colaboró con la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica Unidad Ticomán del IPN.

En el 2020, el Ejército registró que erogó recursos para el mismo proyecto del prototipo de cohete por 80 millones 800,000 pesos en estudios en los que colaboró la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del IPN. Para esta arma había un ingeniero militar asignado.

Otro proyecto similar es la creación de un prototipo de cohete y su tubo lanzador calibre 60 mm.

Para él, la Sedena colaboró con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, dependiente del Conacyt, y la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas, del Instituto Politécnico Nacional.

El objetivo de dichos estudios es: “Diseñar y fabricar el prototipo de un cohete de adiestramiento y su tubo lanzador, probado en ambiente real, así como un simulador de tiro virtual”.

Otro proyecto que desarrolla la Sedena es un lanzagranadas múltiple de guerra calibre .40 mm para granadas de baja velocidad.

El objetivo del proyecto, en la que participó en su desarrollo la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional, es “desarrollar un prototipo funcional de un lanzador múltiple de guerra calibre 40 mm para granadas de baja velocidad, a fin de incrementar la capacidad combativa individual del personal operativo”.

También el Ejército ha buscado desarrollar una munición no letal.

El proyecto tiene el objetivo de “desarrollar una munición de gas, de marcaje y picante, que permitan al personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, controlar en los diferentes niveles de fuerza, las situaciones en dónde es aplicable ésta; además, generará la capacidad para neutralizar drones pequeños”.

También la Sedena ha buscado desarrollar un mortero calibre .60 mm y su munición.

El desarrollo de armas dentro de las Fuerzas Armadas se concentra en el Ejército mexicano, a través de la Dirección General de Materiales de Guerra, ya que la Marina no ha iniciado ni tiene activos proyectos de creación de armas en la actualidad, según confirmó la dependencia para esta investigación a través de una solicitud de información.

Patentes
De acuerdo con información proporcionada por el Ejército mexicano para esta investigación vía solicitudes de transparencia, el único proyecto de armamento desarrollado y concluido por la Sedena hasta ahora es el fusil y carabina FX-05 Xiuhcóatl, “los cuales son de asalto ambidiestro diseñados acorde a la antropometría del soldado mexicano”.

Para este fusil la Sedena gastó en el 2019 unos 12 millones 400,000 pesos en estudios en los que participó el Centro de Investigaciones en Óptica, institución a cargo del Conacyt, para: “Diseñar y fabricar un prototipo de mira de reflexión para el fusil FX-05, que sustituya a las actuales miras mecánicas, probado en condiciones reales”.

Sobre estas armas, la Sedena sólo tiene la patente, con número 286417, sobre el mecanismo de disparo.

Fue en el 2006 cuando en la conmemoración del día de la independencia fue presentado el fusil Xiuhcóatl FX-05 por parte del Ejército mexicano.

Este fusil causó polémica en años pasados debido a la similitud con el fusil HK G-36V de la empresa de origen alemán Heckler & Koch.

Tras ello, la empresa alemana cuestionó la licitud del diseño del fusil de la Sedena. No obstante, tras diversas reuniones, la empresa alemana desistió de los reclamos.

Producción de armas con Calderón, Peña y AMLO
Tanto el arma tipo carabina como el fusil FX-05, han sido producidos por parte del Ejército mexicano desde el 2006 y hasta julio de este 2021, durante los sexenios Vicente Fox (en su último año) de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, según datos de la dependencia.

El más producido ha sido el fusil FX-05, según muestran informes de la Sedena.

En el periodo mencionado, la Sedena ha producido 173,350 fusiles FX-05, mientras que de las armas tipo carabinas se han producido 12,650 piezas.

Al final del sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón, en el 2006, se produjeron 5,000 piezas fusiles FX-05: para el 2007 la producción bajó a 2,000; en el 2008 aumentó de manera importante a 17,850 piezas.

Para 2009 bajó el número de piezas de fusiles producidas a 8,000; entre el 2010 y el 2011 no se produjeron fusiles de este tipo. En el 2012 se crearon 4,000.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto hubo un aumento importante de la producción de estos fusiles y es que para el 2013 se produjeron 10,000; en el 2014 fueron 12,000.

En el 2015 se crearon 15,000 piezas, mismas cantidad que en el 2016, mientras que para el 2017 se produjeron 32,000 piezas y para el 2018, último año de dicha administración, se crearon 31,500 fusiles.

Ya en la presidencia de López Obrador, para el primero de su gestión, en el 2019, no se produjeron fusiles según los reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional.

No obstante, para el 2020, en el marco de la pandemia de Covid-19 se reactivó la producción de armas las cuales, cabe mencionar, se crearon en una fábrica dependiente de la misma Sedena.

Para el 2020 se produjeron un total de 3,000 fusiles FX-05, mientras que entre enero y el pasado 27 de julio, la producción de fusiles se disparó ya que, según la Sedena, en dicho periodo, se han producido 18,000 piezas, cifra similar a lo que se producía a mediados del sexenio de Peña Nieto.

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