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Quintana Roo, con siete empresas sustentables certificadas: Impulso Orgánico Mexicano

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Comunidades mayas, colectivos, organizaciones civiles y pequeñas empresas buscan ofrecer sus servicios y productos; además de la importancia de la certificación de los procesos que se convierte en una puerta de exportación al extranjero y consumo nacional.

“Lo importante en todo esto es que se busca construir y generar modelos alternativos de desarrollo”, explicó Juana Iris Sánchez Hernández, representante de SocioLab (Centro de Investigaciones Socioambientales Sociedad Civil) y fundadora y promotora de iniciativas sustentables en comunidades de la Península.

Entre 2009 y 2010 varios artistas, promotores y empresarios pequeños crearon espacios de encuentro no sólo de compra y venta de mercancías sustentables, sino también para oferta cultural planeada en la ciudad de Mérida. Comenzaron con música, pintura, café orgánico y “cuatro o cinco productores”.

“La mayoría de los que colaboraban hacían música, pintura, había café. No era algo formal, Karim Mijangos y varios compañeros abrieron una cafetería, La Quilla. (…) Se formó Slow Food y en esa misma época se instalaron varios mercaditos en algunas comunidades como Río Lagartos o en el mes de septiembre, cuando se iniciaba el anillamiento de los flamingos. Se convertía en una verbena popular”, comentó Juana Iris Sánchez.

A partir del impulso de asesores ambientales, promotores independientes e instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) o la Asociación Civil Pronatura, las comunidades indígenas que vivían dentro de áreas naturales protegidas comenzaron a producir objetos para venta.

“Recuerdo uno de los primeros casos en la Península. En la Reserva del Río Lagartos, una familia maya comenzó a hacer escobas de huano (hoja de palma propia del sureste mexicano) de excelente calidad. Pero no había dónde venderlas; el producto era fantástico, había intenciones de ofrecerlas en varios puntos, pero no se tenía un lugar para ofrecerlas”.

Los colectivos independientes comenzaron a buscar y darle espacio a las artesanías “que salían de la norma vista en la Península”. Organizaciones como “Traficante de Letras” (dedicada principalmente a la promoción de la lectura) o el colectivo de músicos “La Mamá Ruda” impulsaron los encuentros en puntos estratégicos de la ciudad o festivales como “Temozón Sur”.

Actualmente, la Sociedad Civil SocioLab estima que hay cerca de 50 productores en Campeche, Yucatán y Quintana Roo “con ofertas, con proyectos consolidados, como venta de miel, ropa hecha a partir de algodón orgánico, lápices hechos con semillas, cerveza artesanal, cerveza orgánica”.

Por ejemplo, el Colectivo Múul Meyaj apoya a las comunidades indígenas mayas ofreciendo productos como miel, semillas (como pepita de calabaza, frijol blanco, negro, de milpa o bayo; ajonjolí, maíz palomero); bebidas, medicamentos a base de miel originaria de la Península de Yucatán.

Otro factor es la gentrificación en la zona conurbada de Mérida y el arribo de turistas internacionales y nacionales a las comunidades de la Península que se interesan por adquirir productos hechos con estos procesos de conciencia ambiental y social.

“Algunos grupos están constituidos formalmente, otros trabajan desde el acuerdo de las comunidades (…) la pregunta siempre es, ¿Cómo hacemos colaboración que no sea de una sola cosa? ¿Cómo construir comunidad entre los pueblos de la Península?”, agregó la entrevistada.

Yucatán, líder de empresas de productos orgánicos
Según datos de la Asociación Civil Impulso Orgánico Mexicano, que “agrupa a productores mexicanos de alimentos orgánicos certificados” con el objetivo de promover su mercancía, Yucatán cuenta con 15 empresas certificadas con productos orgánicos como miel, chocolate, pepino, moringa y chile habanero.

Le sigue en la lista Quintana Roo con siete empresas sustentables que comercian mezcal, chaya, melón y vino. Y finalmente, el Estado de Campeche, que cuenta seis compañías entre las que mercan aloe vera en polvo o gel, chocolate para mesa, miel, arroz orgánico y ganado orgánico (búfalos).

Impulso Orgánico Mexicano está respaldada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y que promueve la exportación de productos al extranjero y a tiendas mexicanas.

La entrevistada agregó que “también es una de las ventajas de los colectivos de mercancía sustentable. Dan visibilidad a los productos, si hoy llega una constructora y hace un pedido de pisos con madera legal o un pedido de miel para una empresa grande, se busca y se hace. Es una oportunidad para los campesinos y comunidades mayas”.

Según datos de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (Ifoam), se estima que en el país se cuenta con “210 mil productores, con 673 mil 968 hectáreas de cultivo orgánico certificadas”; mientras que el país ocupa el primer lugar internacional en producción de café sustentable y el tercero mundial en producción de miel.

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