La eliminación de México del Mundial: qué se tiene que hacer para no volver a repetir errores y pasar página

La selección nacional fue eliminada del Mundial de forma dolorosa, hace pocos días, al no superar la fase de grupos. Especialmente dolorosa, teniendo en cuenta que su posición final fue la 22 de 32 equipos que participan en esta edición, la peor clasificación desde que este evento se juega con este número de equipos.

El hecho de no alcanzar los octavos ya es, de por sí, una nefasta noticia para el equipo, que supera (negativamente) su mal resultado de Alemania 2006, que ya se consideró una debacle en su momento.

Han sido 4 puntos conseguidos mediante una victoria frente a Arabia Saudí, una derrota contra Argentina y un empate ante Polonia. Argentina, uno de los verdugos de la selección mexicana, a la que venció por 2-0, encara las siguientes fases del Mundial como una de las favoritas. Los portales de apuestas la ven vencedora, según las cuotas, en sus próximos encuentros. Y Messi está levantando pasiones con su juego, que empuja a los albicelestes hacia una ansiada Copa, que para el de Rosario tendría un sabor especial, sobre todo al ser ésta su última participación en una edición mundialista.

Pero si bien Argentina era un rival temible, la victoria por la mínima ante Arabia Saudí ha sido una de las claves de su eliminación. Fue la diferencia de goles con Polonia en el global de la fase la que propició su eliminación; con un gol más frente a los saudíes (o no haber encajado el del tiempo de descuento), la situación hubiese sido bien diferente. Los tantos de Martín y Chávez auguraban una jornada propicia para los mexicanos, pero el mazazo propinado por Aldawsari en el minuto 90+5 dejaba a la “Tri” fuera del Mundial por la mínima y en el último momento. Un desenlace fatal y cruel para la selección.

Pero centrarse, únicamente, en este gol encajado sería un error. El combinado mexicano está muy lejos de su mejor nivel. Le falta un necesario rodaje a sus jugadores para crecer y poder realizar aportaciones de altura a su equipo. Y para ello se tiene que hacer un importante trabajo de cara a la próxima cita mundialista. Una de las opciones pasa porque algunos jugadores clave participen, en las próximas temporadas, en ligas internacionales y adquieran un mayor nivel competitivo, al igual que ya hacen nombres como Sánchez, Pineda o Lozano, entre otros.

La más que posible renuncia de Gerardo Martino abre la puerta a la elección de otro perfil de entrenador que consiga conectar mejor con los jugadores. Recientes noticias señalan que la relación estaba muy deteriorada desde la concentración de la selección en Girona, especialmente tras convocar para esos días a Santiago Giménez y Diego Laínez aún sin tener la intención, a priori, de que fuesen a jugar. Todo esto puede ser uno de los factores que ha influido de cara a esta actuación en el Mundial. Respecto al relevo, suena, por ahora, Tuca Ferretti, que ya ha comunicado que estaría dispuesto a dar este paso.

Aún así, hay quien considera que se ha sido injusto con el “Tata” Martino. Luís Chávez quiso que todos asumiesen su parte de culpa y declaró: “La verdad estoy más triste por el Tata que por mí porque es injusto que la gente lo critique de esa forma” (….) “La culpa fue de todos, menos de los aficionados.” El jugador aprecia la confianza que le dio el entrenador y que le ha permitido alzarse como, probablemente, el mejor del equipo en esta breve participación mundialista. Además, cree que no siempre el equipo ha sabido interpretar sus indicaciones en el campo, poniendo como ejemplo lo ocurrido ante Argentina, donde sólo hubo defensa y apenas posesión del balón; un planteamiento bien diferente de lo que se había puesto en práctica antes del Mundial.

En definitiva, habrá que realizar cambios de calado a diversos niveles para afrontar los futuros retos. Y estos cambios no pueden reducirse, únicamente, a un recambio de entrenador. Hay que pasar página, pero aprender de los errores y tener presente que este resultado no puede repetirse en actuaciones futuras. México deberá estar, en la próxima edición del Mundial, en puestos acorde con su historia y su potencial. Y los jugadores, en este cometido, tienen mucho que evolucionar para estar preparados a menos de 4 años vista.

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